Paranoia

Hace tres días nos conmocionó otra noticia de malos tratos a una niña de tres años. Según la prensa –que reproducía un comunicado de la Guardia Civil- el autor de las lesiones había sido el compañero de la madre, el cual fue inmediatamente detenido.
Tras llevarse a cabo la autopsia, ha quedado demostrado que la niña falleció al caerse de un columpio, tal como habían declarado la madre y su compañero. Éste ha sido puesto en libertad inmediatamente.
Es posible que estemos siendo víctimas de una cierta paranoia social respecto a determinados hechos. Concretamente, respecto al maltrato a mujeres y al maltrato infantil. Nadie puede estar en contra de que se tomen todas las medidas posibles para prevenir esos delitos y para castigar a los culpables. Pero sin que eso suponga un resquebrajamiento del Estado de Derecho, mediante la anulación del principio de presunción de inocencia.
La Ley de Violencia de Género dio un primer paso en ese sentido. Entre los feministas enloquecidos, los políticos que les siguen la corriente, los medios de comunicación que buscan “el notición” a toda costa, y gran parte de médicos y profesores que les siguen el juego podemos encontrarnos en medio de una descomunal “caza de brujas”, al mejor estilo del senador McCarthy.
Si en los EE.UU. de los años 50 una sociedad entera buscaba comunistas hasta en la sopa, en la España de principios del XXI nos ha dado por buscar hombres maltratadores a diestro y siniestro.
Cuando la paranoia se adueña de una sociedad, es el miedo generalizado el que triunfa.

Dubai: la culpa será nuestra

Dubai es un pequeño pedazo de desierto que forma parte de los Emiratos Árabes Unidos, y muy conocido por sus espectaculares construcciones. El dinero del petróleo lleva décadas fluyendo en abundancia, y la familia de sátrapas que controla el país lo emplea a su capricho de mil maneras, a cual más extravagante.

Dubai –la familia propietaria del país- tiene una deuda de 80.000 millones de dólares, y acaba de pedir una moratoria para esa deuda. Las bolsas europeas han acusado la mala noticia, y es probable que Wall Street sufra un ataque de pánico.
Me pregunto por qué llevamos casi dos años denostando la “economía de casino”, y demonizando a los constructores y financieros occidentales, sin que nadie haya dicho ni una palabra sobre la locura despótica de estos pequeños países.
También me pregunto por qué nos gusta tanto a los occidentales flagelarnos con nuestras supuestas culpas por el hambre del mundo, y a nadie se le ocurre señalar con el dedo a estos derrochadores –por otra parte hermanos de religión y de etnia de los pobres palestinos-.
¿Qué nos pasa? ¿por qué nos avergonzamos de ser occidentales? ¿por qué disimulamos nuestras raíces judeo-cristianas? ¿por qué nos caen tan bien los moriscos y tan mal los norteamericanos? ¿por qué las ministras de igual-dá nunca mencionan la falta de libertad de las mujeres musulmanas? ¿por qué no pensamos alguna vez que la mayor parte de la culpa de la miseria de muchos países del mundo la tienen sus propios dirigentes?

Visto para sentencia

El juicio por el crimen de Fago ha quedado visto para sentencia. Yo no sé si el acusado Santiago Mainar es culpable o inocente. Tampoco sé si la víctima, Miguel Grima, era un tipo autoritario o un verdadero déspota.
Lo que me ha sorprendido es que una de las principales líneas de la defensa haya sido presentar numerosos testigos para demostrar que Grima era una especie de dictador de poca monta.
¿Acaso la personalidad que tuviera el alcalde podría justificar su asesinato? ¿Si hubiera actuado como un cacique, su asesino tendría que ser absuelto?
Todo parece gris en este caso, un suceso típico de la crónica negra. Sólo hay algo positivo en todo él: que ni el PSOE ni el PP hayan aprovechado para politizarlo. Y eso que no les hubiera faltado el motivo, tratándose Mainar y Grima de los candidatos del PSOE y el PP respectivamente.
¿Será que hay más sentido común entre los militantes de base de esos dos partidos, o entre las cúpulas dirigentes?

Mirando al futuro

Un diputado del PSOE ha presentado una propuesta en el Congreso para que se reconozca la injusticia cometida con la expulsión de los moriscos.
La expulsión fue obra de los Reyes Católicos, en 1608. Pero a pesar de todo ese tiempo transcurrido, ese acontecimiento ocupa un lugar preferente en las preocupaciones de la mayoría de los españoles de hoy en día. Yo mismo, no hay día que me acueste sin haber tenido un recuerdo para aquél terrible acto. Ni la crisis económica, ni el paro, ni los piratas, ni la corrupción: nada me parece tan urgente como ocuparse de reparar aquella injusticia.
Mi felicitación al diputado Pérez Tapias. Iniciativas valientes como la suya, y esa profunda visión del futuro hacen de él un candidato de peso para llegar a cargos muy importantes en su partido.

El primer polvo de Zapatero

Los políticos de Cataluña están al borde del ataque de nervios. Parece que el Tribunal Constitucional se va a pronunciar sobre el Estatuto, y parece que no va a dejar bien parado el texto que pactaron Zapatero y Mas.
Montilla no renuncia a que se aplique el Estatuto de Cataluña en su totalidad “porque es nuestra ley y nuestra voluntad”. Y Artur Mas pide que no se emita la sentencia “porque ya ha sido aprobado en referéndum”.

Hace seis años que Zapatero tuvo su primera ocurrencia: alentar la reforma del Estatuto de Cataluña. El asunto sólo interesaba a los políticos nacionalistas, pero al introducirlo el PSOE en el debate público, pasó a convertirse en algo casi de vida o muerte para muchos catalanes.
Algunos dijimos entonces que eso era empezar la casa por el tejado, que era una reforma encubierta de la Constitución, y que podía dar lugar a peligrosas consecuencias, y el PSOE, los medios afines, y la progresía de guardia se puso a corear eso de “España no se rompe”.
Ahora ya a nadie se le escapa que una resolución desfavorable del Tribunal Constitucional nos va a meter a todos en un galimatías impresionante. Puede provocar graves disidencias en el PSOE, que repercutirían en la gobernabilidad de España. Y provocará –sin la menor duda- una apoteosis de victimismo nacionalista, que aprovecharán muy bien los políticos nacionalistas.
Y por si fuera poco, el TC va a quedar tirado en el lodo. Por su tardanza en emitir una sentencia, por el penoso espectáculo de su presidente recibiendo una bronca en público de la vicepresidente del gobierno, y por su clamorosa politización.
Las ocurrencias de Zapatero son tan inconsistentes como el polvo. No hace falta recordar cómo acabó aquél maravilloso “proceso de paz” con ETA, o esa crisis económica que no iba a llegar nunca a España. Lo del Estatuto de Cataluña fue su primer polvo conocido.
Y de aquellos polvos vienen estos lodos.

Puesta de largo

Se ha celebrado el I Congreso de UPyD –esas siglas raras, que muchos no identifican hasta que oyen que es “el partido de Rosa Díez”. Han aprobado los estatutos y la línea política general del partido, y se ha elegido el nuevo Comité de Dirección, formado en el que vuelve a destacar la figura de Rosa Díez.
UPyD es una interesante experiencia, ya que es la primera vez –desde el 77- que aparece un nuevo partido, y no sólo resiste los dos primeros años, sino que su trayectoria es constantemente creciente. No es fácil hacerse un hueco en un espectro partidista oligopólico, en el que una docena de partidos tienen bien amarrada la tarta electoral a base de prebendas, subvenciones o amenazas.
La línea central del discurso de UPyD se mueve en torno a la imperiosa necesidad de una regeneración democrática en España. Regeneración de los partidos, regeneración del sistema en sí, y regeneración de los propios ciudadanos para que den de una vez el paso desde un sistema dictatorial hacia uno realmente democrático, y no de democracia tutelada por los partidos como ocurre actualmente.
No sé cómo evolucionará UPyD. Pero un partido que es capaz de oponerse a los privilegios fiscales del País Vasco y Navarra –por ejemplo- y que además tiene el valor de defenderlo tanto en Cáceres como en San Sebstián, supone una variante insólita entre la marea de discursos endebles y adaptativos de los partidos tradicionales.

La otra cara del secuestro

Además de la alegría por la liberación de los pescadores hay otros aspectos del asunto, que tiene que ver con la implicación y la responsabilidad de otros actores.
El armador tomó la decisión de que el Alakrana pescara fuera de las aguas protegidas. ¿Qué responsabilidad va a exigírsele por lo ocurrido? ¿Quién va a pagar los gastos de toda esta operación en la que han participado más de 500 militares?
Ha sido el mayor rescate pagado nunca por un pesquero ¿Estarán contentos los futuros pescadores apresados con las armas compradas con ese dinero?

Y respecto al gobierno se me ocurren innumerables dudas:
¿Por qué no autorizó a tiempo que los pesqueros llevaran seguridad privada? ¿Por qué decían que la ley no lo permitía y porqué ha sido tan fácil cambiar esa ley ahora?
¿Por qué dejaron escapar a los piratas del Playa de Bakio, cuando pudieron detenerlos?
¿Por qué trajeron a bombo y platillo a los dos piratas detenidos?
¿Por qué la ministra aseguró que tres pescadores habían sido trasladados a tierra y ahora resulta que no ocurrió tal cosa?
¿Qué acuerdos se han suscrito con los delincuentes? ¿Puede un Estado de Derecho llegar a acuerdos con delincuentes?
¿Qué va a pasar con los dos detenidos en España? ¿Van a cumplir la condena que se les imponga? ¿O se va encontrar alguna excusa para soltarlos?
¿Por qué el helicóptero de la Armada dejó que los piratas llegaran a tierra? ¿Por qué no lo hundió al negarse a obedecer la orden de detenerse? ¿Quién dio la orden de no hacerlo?
¿Por qué el gobierno fleta un avión para que las familias viajen a las Seychelles? ¿No pueden esperar en casa a los tripulantes?
El jefe de los piratas ha afirmado: “El gobierno español se ha comprometido a dejar en libertad a los detenidos antes de mediados de enero” ¿Es eso cierto? ¿Piensa cumplir el gobierno su compromiso con los delincuentes?

El presidente y varios ministros aseguran que ha sido un éxito. Supongo que lo dirán porque los piratas no han apresado las dos fragatas y no han invadido Ibiza.

El lado humano de un secuestro

Los tripulantes del Alakrana navegan libremente.
Con esta frase confirmó el presidente del gobierno el final feliz de un largo secuestro. Después habló siete minutos más, pero no dijo absolutamente nada. Ni la menor información.
Es un día feliz en el que todos respiramos con alivio. Extraordinariamente feliz para los secuestrados que han debido vivir un infierno, sin saber si saldrían vivos de la aventura. Muy feliz para las familias, que han vivido casi dos meses de angustia. Y un día feliz para cualquier persona de bien, al saber que esos trabajadores se han salvado de un riesgo muy grave.
En este incidente hay un lado humano de gran relevancia: el dolor y el miedo de unas personas concretas, de unas esposas, de unos padres, hermanos e hijos. Y desde ese lado humano no cabe si felicitarse por el desenlace.
Enhorabuena a los pescadores y a sus familias.
Mañana habrá tiempo de comentar otros aspectos del asunto.

El podólogo de guardia

Zigor Goikoetxea es un preso de ETA. Uno de tantos.
Pero el pobre tiene un problema y necesita que lo vea el podólogo. No el podólogo de la prisión, ni tampoco el del ambulatorio más cercano, ni siquiera uno particular de la calle de al lado. No. El hombre necesita que lo vea precisamente un podólogo francés.

Y, claro, como parece ser que el podólogo francés no tiene tiempo de venir a una cárcel en España, la Audiencia Nacional ha decidido autorizarle a salir de la cárcel, y de España, para que pueda ir a ver al dichoso podólogo.
Ante cosas como esta… uno no sabe si partirse de risa o echarse a llorar.

Una vergüenza histórica

Aminatu Haidar es una saharaui que mete ruido para reclamar la autodeterminación del territorio. Mucho más ruido del que el rey de Marruecos está dispuesto a soportar, y bastante más ruido del que le gustaría al gobierno español.
Expulsada de Marrcuecos a Lanzarote, las autoridades españolas le permitieron montar un “campamento” en el aeropuerto, a pesar de no disponer de pasaporte. Después cambiaron de idea y fue obligada a abandonar las instalaciones, y dice que va a denunciar a la Guardia Civil por haber usado la fuerza para sacarla del aeropuerto.
Lo del Sahara es también una parte de nuestra “memoria histórica”. Una parte muy poco airosa, en la que España renunció a ejercer el papel que le correspondía como potencia colonial. Los sucesivos gobiernos españoles han abandonado completamente al pueblo saharaui a su suerte, y ha mirado hacia otra parte, dejando que el sátrapa marroquí se salga con la suya.
¿Tienen algún futuro fuera de Marruecos los 150.000 saharauis?
¿Puede compensar el gobierno español la vergÚenza de su abandono?
¿Nos importa algo a los españoles este asunto?

La puntualidad

Hoy cuelgo el post algo más tarde de lo habitual, y eso me hace pensar en la puntualidad.
Algunas personas son exigentes respecto a la puntualidad. No llegan nunca tarde a una cita, y se molestan cuando los demás les hacen esperar. Otros, en cambio, se toman lo del horario de una manera aproximada, suelen llegar siempre tarde a sus citas, y no les parece que eso tenga demasiada importancia.

Los primeros pueden llegar a ser obsesivos, exageradamente organizados, y muy exigentes consigo mismos y con los demás. Podría parecer que los segundos deberían ser personas relajadas, que se toman la vida sin agobios, y que prefieren disfrutar de cada minuto en lugar de permitir que los minutos les marquen el ritmo.
Pero no necesariamente es así. Desde tiempos prehistóricos los hombres han tratado de medir el tiempo. Han observado el Sol, la luna y las estrellas porque pronto se dieron cuenta de su exactitud. Gracias al control del tiempo es posible la agricultura, el comercio, las relaciones personales, y casi cualquier actividad en la que se precise la colaboración de varias personas.
Muchos de los impuntuales profesionales son sencillamente incapaces de organizar bien sus actividades, por lo que tienden a resultar poco fiables y poco eficientes en su trabajo. Detrás de la impuntualidad de otros se oculta lisa y llanamente una gran falta de respeto hacia los demás. Incluso un grado de narcisismo que les hace pensar que lo normal es que el resto de la gente les espere a ellos.
Curiosamente, incluso los más impuntuales en sus citas con amigos, suelen llegar a tiempo cuando tienen que tomar un tren o un avión.
¿Por qué pueden ser puntuales en esos casos y no lo son en los demás?

Onanismo anticrisis

En la UGT de Sevilla han regalado bolas chinas a las afiliadas.
En Extremadura inician una campaña para enseñar a los adolescentes a masturbarse.

¿Alguien pensaba que un sindicato sirve para defender los derechos de los trabajadores frente a los empresario? Nada de eso. Esa idea es antigua, del siglo XIX. Hoy, el principal objetivo de los sindicatos es el placer de los afiliados. De ahí que parte del dinero que reciben de todos –afiliados y no afiliados, a través de los impuestos- se gaste en que las afiliadas sevillanas puedan regocijarse la entrepierna. El paro supera el 30% en Andalucía, y UGT lucha contra ese drama. No reclamando empleo –que eso supondría que no podrían venir extranjeros a recoger las fresas-, sino haciendo que el tiempo que hay que pasar sin trabajo sea más divertido.
En Extremadura, en cambio, han sido más prácticos. Aplicando aquello de que “más vale enseñar a pescar que regalar peces” allí van a dar clases de masturbación. Que ya se sabe que los adolescentes extremeños andan tan ocupados con sus estudios que no les queda tiempo de descubrir cómo funciona el solitario. También es una manera de luchar contra los efectos del paro –casualmente Extremadura es la tercera región con más paro-. Esta campaña es una forma como otra cualquiera de conseguir que los chicos parados tengan las manos ocupadas.
Y de paso… aumentar su amor propio.

Altruismo piratero

El pirata que cambiaba de edad cada tres días estaba asistido en España por un abogado de oficio, tal como manda la ley. Sin embargo, ahora es un abogado de prestigio –y cuyos honorarios no deben ser baratos- el que le defiende. Se trata de Francisco Javier Díaz Aparicio, que tiene a sus espaldas un excelente currículum como penalista.
Nada que objetar a que todo acusado disponga de un letrado. Pero lo curioso es que el abogado se ha negado a decir quién le paga.
¿Le habrán contratado los representantes de los piratas en Londres? ¿Será el gobierno somalí? ¿Habrá acertado una bono-loto el pirata desde que está en España? ¿Quizá haya conseguido una ayuda de Cáritas?

Comunistas

“Los verdaderos responsables del secuestro del Alakrana son los Estados Unidos”
(José Luis Centella. Secretario General del PCE)

He escuchado la frase en una emisora de radio, y me ha parecido tan surrealista que me he puesto a buscar fuentes (siguiendo la recomendación del ilustre jefe de documentación de este blog).
Buscando, buscando, he entrado en la web del PCE. Reconozco que no es un lugar que visite con mucha asiduidad, pero prometo hacerlo más a partir de ahora, ya que me ha parecido una auténtica joya: un inesperado viaje en el tiempo hasta el siglo XIX.

Se pueden encontrar cosas como esta resolución del XVIII Congreso:
"Celebrar el aniversario de la gran revolución soviética como consecución del comunismo en un mundo más justo".

O este objetivo del nuevo secretario general:
“además de ganarle la calle, recordó que es necesario ganar la batalla del lenguaje a la derecha”
Lo que no entiendo es que, siendo tan demócratas, parece que no se plantean ganarle en las urnas.
Y también alguna intromisión en las tareas de la RAE:
“Recuperar para la izquierda la palabra "solidaridad", ya que no puede permitirse que dirigentes políticos como Esperanza Aguirre se apropien de ella”.
Ya saben, señores: a partir de ahora para pronunciar la palabra “solidaridad” hay que afiliarse al PCE.

Sin olvidar la meta fundamental:
“Con el espíritu de ser un partido que vuelva a tomar la calle se cerró el XVIII Congreso del Partido Comunista de España”.
Pero… ¿No era Fraga el que decía aquello de “la calle es mía”?
Y además… ¿qué calle es la que quieren tomar? ¿en qué pueblo? ¿la quieren tomar para asfaltarla o para barrerla?
Queriendo tomar esas cosas… poca gente les puede tomar en serio.

Berlín: Wohlstand und Freiheit

El 9 de noviembre de 1989 se produjo el milagro: el muro de Berlín se vino simbólicamente abajo. Se trata, sin duda, de uno de los acontecimientos más relevantes de la segunda mitad del siglo XX.

En 1945 Alemania era un país homogéneo, terriblemente dañado por los efectos de la II Guerra Mundial. En 1989 había dos Alemanias, significativamente diferentes. Diferentes en prosperidad, en bienestar, y en libertad.
La llamada “unificación alemana” fue más bien un proceso digestivo, en el que Alemania occidental tuvo que digerir a Alemania oriental. Veinte años después subsisten diferencias, y esa digestión no se ha completado del todo.
Para aquellos que aún sueñan con el mito de la sociedad perfecta comunista la experiencia de Alemania y el muro de Berlín debería suponer la prueba del algodón. Un mismo país, con ciudadanos iguales, el mismo idioma, idéntica cultura, y las mismas costumbres se convirtió en dos países: uno pobre y otro rico; uno libre y otro no. Y por si eso no fuera suficiente, durante esos cuarenta años miles de alemanes trataron de escapar del Este hacia el Oeste. Muchos murieron en el intento.
Que se sepa, ningún alemán del oeste quiso huir hacia el este.
El mundo capitalista es malísimo, ya lo sabemos. Pero la gente es tan rara… que siempre huye en el mismo sentido: hacia la prosperidad y la libertad.

El lío del Alakrana

El asunto del secuestro del Alakrana se complica. Ahora los secuestradores han llevado a tierra a tres tripulantes, y han ordenado a otros secuestrados que llamen a sus familias para decir que los irán matando de tres en tres si España no devuelve a los piratas en prisión.
Las familias están que braman. Acusan al gobierno de haberles mentido. Exigen que les devuelvan a sus maridos y padres, y que se suelte a los dos presos en España.
Seguramente el gobierno metió la pata a fondo cuando se detuvo a esos dos piratas, se aireó la noticia, y se les trajo a España. Hubiera sido más inteligente detenerlos, y mantenerlos en la fragata para utilizarlos en la negociación. No es legal, pero hubiera sido útil. Y tampoco es legal pagar un rescate… y todo el mundo sabe que se paga.
Pero en estos momentos hay que dejar al gobierno actuar. Ni las exigencias de las familias ni las críticas del PP facilitan las cosas.
Sin duda se han hecho muchas cosas mal, empezando por haber dejado irse libremente en una lancha a los secuestradores del Playa de Bakio, después de haber cobrado, y habiendo estado a tiro de una fragata española. Pero no es el momento de reprocharle nada al gobierno. Es momento de dejar que solucione el problema.
Cuando todo haya terminado –bien o mal-, será el momento de pedir explicaciones y responsabilidades.

Buenos y tontos

Suele decirse que de “bueno” a “tonto” sólo hay un paso. Con mucha frecuencia se tilda a personas buenas como tontas, y muchos se escudan en esa confusión para justificar su ausencia de bondad.
¿Hasta qué punto se mezclan bondad y estupidez? ¿Ser bueno implica ser tonto? ¿Todos los tontos son buenos? ¿Todos los buenos son tontos? ¿Todos los malos son listos? ¿Estamos dispuestos a dejar de ser buenos con tal de que no nos puedan llamar tontos?
En realidad podemos definir bien lo que es un “bueno” y lo que es un “tonto”, sin necesidad de confundirlo todo.
“Bueno” es el que intenta no hacer daño a los demás. “Tonto” es el que permite que los demás le hagan daño a él.

Información y propaganda

Los gobiernos y ayuntamientos ponen en marcha campañas publicitarias diversas. Es un recurso lógico para hacer llegar a la población determinadas instrucciones sobre asuntos importantes que les afectan. Así ocurre con los anuncios que publican en prensa los ayuntamientos informando de cortes de agua, desvió de líneas de autobuses, o cierre de calles al tráfico. Lo mismo puede decirse de las campañas del Gobierno de España incitando a usar el cinturón de seguridad, a respetar los límites de velocidad, o no ingerir alcohol si se va a conducir.
Pero uno se encuentra con muchos otros anuncios que carecen de esa utilidad ciudadana. Anuncios que informan de que el gobierno de Aragón ha creado las comarcas, que el Ministerio de Educación está trabajando para reducir el absentismo escolar; de que el Gobierno de España ha hecho mucho por la cultura; o de que un ayuntamiento mantiene limpias las calles.
No es información. Es propaganda. Propaganda que se hace el ministro, el consejero o el alcalde de turno para reforzar su buena imagen e intentar que le vuelvan a votar. El problema es que esa propaganda se la paga con nuestro dinero. El mismo mecanismo diabólico de siempre: el gobernante nos quita el dinero mediante los impuestos; y con ese dinero se paga su sueldo, se compra un tranvía –por ejemplo-, y encima lo utiliza para convencernos de que es un tipo majísimo.
Y luego… le volvemos a votar.

Aroma añejo

Ha fallecido José Luis López Vázquez, de profesión actor. Le hemos visto en incontables películas que no pasarán a la historia por su calidad, pero sí como buenos documentos costumbristas. En ellas se refleja el alma de toda una época. Le hemos visto persiguiendo suecas en bikini, ganándose la vida de manera no muy limpia, aparentando un estatus que no tenía, de padre de familia numerosa, de lujurioso machito ibérico. También le hemos visto disimular el travestismo en unos tiempos en que la palabra no existía oficialmente. Y encogiéndonos el alma desde el interior de una cabina.
La mitad de la población española ni siquiera le conoce. Su tiempo ya pasó. Nos queda el aroma añejo de unos años diferentes, con estilo de vida diferente, y con ideas, metas y valores diferentes. Ya no hay que perseguir a las suecas porque no se diferencian de las españolas. Ya no hay padres de doce hijos. Y ya nadie puede quedar atrapado en una cabina porque no se usan las cabinas.
De todos los papeles que encarnó sólo uno permanece muy actual: el del listillo que vive del cuento a costa de los demás.

Requiescam in pacem

Primero de noviembre. Peregrinaje de millones de personas visitando cementerios. Limpieza de lápidas. Las floristerías haciendo su agosto en noviembre. Unos minutos ante la tumba del padre, del hermano, del abuelo. El tiempo justo para evocar tiempos pasados, y para recordar todo lo bueno que tenía el difunto. El tiempo justo para hacer la vista gorda ante todo lo malo que tuvo el difunto.
Todas las sociedades conocidas rinden un especial culto a la muerte. Todas tienen ritos y ceremonias. Todas mantienen creencias sobre el devenir de esos que vivieron su tiempo. Todas encuentran formas de prolongar la vida más allá de la muerte. Unos envían a sus difuntos al Cielo, otros los reencarnan. Es el precio a pagar para poder pensar que cuando le toque a uno también tendrá algo más. Aunque sea en ese mítico lugar llamado “Más Allá”. Un lugar extraño, que no aparece en Google Earth, pero que es, sin duda, el lugar más poblado del universo.
Requiescam in pacem.